Desde 1525, año en que Rodrigo de Bastidas introdujo los primeros bovinos al país a través de la gobernación en Santa Marta, se desarrolló la práctica de la ganadería en la nación. Sin embargo, a pesar de que han pasado ya casi 500 años, aún existen personas que continúan ejerciendo dicha práctica de la misma forma que lo hacían en aquel tiempo.
El Páramo del Duende, en el Valle del Cauca, es considerado el páramo más conservado del mundo. Sus más de 3.800 metros de altura fueron descubiertos hace poco más de una década y la conservación de sus riquezas naturales, así como su nombre, son atribuidos a una leyenda que circula entre los pueblos de sus inmediaciones. Dicen los pobladores que a quienes osan entrar en sus bosques a talar los árboles o destruir los recursos naturales, el duende se los lleva, evitando que hagan daño a la naturaleza.
Las mariposas con sus trajes de mil formas y colores llamaron la atención de Mildred Alejandra Ortiz Martínez. Ella recuerda que en las fincas en donde creció, los insectos se paseaban de flor en flor en busca de alimento. Este amor por la biodiversidad y la naturaleza la llevó a estudiar ingeniería agropecuaria en la Universidad del Cauca. Sin embargo, fue en el último semestre en la cátedra de Biodiversidad que su sueño de tener muchas mariposas juntas en un sólo lugar empezó a materializarse.